Tronco podrido,
olores de sueños rancios.
Sexo vacío,
huesos vacíos, frágiles como mi estado mental.
Ajan la noche mis lágrimas encapsuladas,
y pequeñas gotas de veneno consumen mi verdad...
Perlas preciosas, brillan blancas y puras entre el estiércol,
respiro profundo y duele como mil agujas.
Las palabras no alivian, son pequeñas, insuficientes
santo remedio...
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