Movilidad y permanencia,
simpleza y complejidad,
me entrego al viaje entre éstos con una calma chicha.
Mi desayuno tiene sonrisas mezcladas con olas,
y un arcoiris que se precipita en el mar.
Como síntesis maravillosa de lo completamente perfecto de las contradicciones;
mar y río se unen en un abrazo violento.
Bosque, verde, fértil,
profundo.
Como amante viejo,
el sol abriga los montes que excitados,
suspiran su calor al cielo.